lunes, 4 de febrero de 2008

Una hormona puede prevenir la obesidad y la diabetes

Una hormona presente en el cuerpo humano, el péptido inhibidor de gastrina (GIP), es capaz de potenciar la pérdida de peso, mejorando la resistencia a la insulina y dando marcha atrás al proceso que da lugar a la aparición de la diabetes en los animales, según demostró el estudio realizado por investigadores de la Escuela de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Ulster (Reino Unido) y el Instituto Panum, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), publicado en "The American Journal of Physiology", de American Physiological Society.

El GIP es una hormona péptida que el organismo segrega en respuesta a la comida y que inhibe la secreción de los ácidos que estimulan la producción de insulina que ocurre durante el proceso digestivo en respuesta al alimento.

Esta hormona se encuentra presente en varios tejidos del organismo, entre los que se cuentan los intestinales, del corazón, el estómago, cerebro y grasa adiposa.

METABOLIZA GRASAS

A pesar de que durante mucho tiempo los científicos no han conseguido descubrir la función de esta actividad, su potente y prolongada estimulación tras una dieta con mucha grasa ha llevado a los investigadores a teorizar sobre la posibilidad de que pueda jugar un papel importante en la metabolización de las grasas.

En este sentido, los científicos demostraron que una alimentación rica en grasas tiene como resultado elevadas concentraciones de GIP circulante, una situación que suele encontrase en pacientes obesos y con problemas de diabetes.

BLOQUEO

Este estudio demostró que bloqueando la actividad de la hormona GIP en ratones que consumieron una dieta rica en grasas y con problemas de diabetes, se consigue una significativa pérdida de peso, una mejora de la resistencia ante la insulina y una mejora en la diabetes.

Desde luego, los científicos que llevaron adelante el estudio, aclararon que aún "falta mucho" para que este hallazgo pueda traducirse en terapias o el desarrollo de drogas que puedan actuar en los seres humanos. De todos modos se consideró que el descubrimiento constituye "un paso más que alentador" en el marco de la lucha contra la obesidad.

No obstante, también se puso de relieve que cualquier terapia que en un futuro pudiera derivarse de los resultados de este nuevo estudio, jamás podrían dejarse de lado las recomendaciones sobre la importancia de observar una dieta sana, y un estilo de vida adecuado con moderación en la ingesta de alcohol y abundante ejercitación física.
fuente: eldia.com.ar