En México existen más de 50 millones de personas con problemas de sobrepeso y obesidad. Entre los niños, este padecimiento ya está presente: uno de cada cuatro infantes de entre cinco y 11 años de edad tiene un peso excesivo. En este contexto, ¿a qué atribuyen los ciudadanos la obesidad en el país? ¿La perciben como un problema estrictamente individual, ocasionado por la falta de voluntad de las personas? ¿Es una enfermedad de orden genético? ¿Qué acciones esperan del Estado para enfrentar este problema?
La encuesta nacional de Ipsos-Bimsa/EL UNIVERSAL arroja como primera conclusión que la ciudadanía percibe a la obesidad como un problema personal, ocasionado por la falta de fuerza de voluntad: 70% de los entrevistados está de acuerdo con la frase de “la mayoría de las personas con obesidad come lo que quiere y no ve su peso como un problema”. Un porcentaje similar (72%) cree que la mayoría de las personas “carece de fuerza de voluntad para hacer dieta o ejercitarse regularmente”.
La explicación genética de la obesidad tiene menos simpatizantes. Sólo 46% de la población está de acuerdo con la frase “ser obeso es algo que se hereda de los padres”. El argumento de que “la mayoría de las personas tiene obesidad porque simplemente así nacieron” es todavía más impopular: sólo 34% está de acuerdo con la frase y 40% está en desacuerdo.
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Sin embargo, la población también considera que la obesidad puede deberse a una oferta alimenticia inadecuada y a la publicidad excesiva. Del total de los entrevistados 71% considera que en los restaurantes y supermercados abunda la “comida poco sana y que engorda”. De igual forma, 74% de la población considera excesiva la publicidad de golosinas, botanas y refrescos dirigida a los niños.
La percepción de que parte del problema de la obesidad está en la oferta alimenticia propicia que se acepte una mayor intervención del Estado en la materia. Así, 61% está de acuerdo con que se cobren impuestos especiales a golosinas, botanas y refrescos, si este dinero se utiliza para mejorar la nutrición de ciudadanos. Un porcentaje similar, 63%, también concuerda con que se elimine la venta de golosinas y refrescos en las escuelas públicas. La demanda de regulación alcanza también a la publicidad: 68% de los entrevistados apoya que se regulen los anuncios de golosinas, botanas y refrescos, en forma similar a los anuncios de cigarros y de alcohol. De hecho, la agenda gubernamental va en este sentido. Hace unos días, el Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, señaló que estarán buscando reducir la publicidad de productos de bajo nivel nutricional en programas dirigidos a niños.
Una parte importante del combate a la obesidad es incrementar la cultura nutricional de los mexicanos (la cuál está en un bajo nivel). La mitad de la población (52%) nunca, o casi nunca, lee la información nutricional que aparece en los empaques de los alimentos. Sólo el 24% señala que casi siempre lee esta información. Igualmente, 2 de cada 3 entrevistados (65%) señalan que “nunca” o “rara vez” leen libros, revistas o artículos sobre temas nutricionales o alimentación balanceada. Como es previsible, quienes están más informados en materia nutricional son quienes tienen menos sobrepeso.
Un resultado alentador de la encuesta es que los mexicanos estamos concientes del problema de la obesidad: la mayoría piensa que es un problema grave (63%) y sólo 3% cree que no hay dificultades en la materia. Además, 58% de los entrevistados reconoció tener sobrepeso. Es más fácil enfrentar un problema cuando este se reconoce.
fuente: eluniversal.com.mx
miércoles, 27 de febrero de 2008
Obesidad, por falta de voluntad, opina 72%
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