lunes, 17 de marzo de 2008

Comer sano y no sufrir es posible

Alimentarse saludablemente no implica una vida de restricciones. Nada más alejado de la realidad creer que comer poco es signo de buena dieta. La "alimentación modelo"
La tendencia actual de mantener una buena figura y el excesivo culto a los cuerpos delgados confunde el concepto de una buena alimentación con una dieta basada en ingestas de bajas cantidades de calorías, pocos nutrientes para el cuerpo y muchas privaciones

“Para una correcta nutrición es fundamental un estilo de vida saludable que comprenda una alimentación balanceada, acompañada por la práctica regular de actividad física”, comentó la licenciada en Nutrición Carina Peretti, del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).

Lejos del imaginario común en el que comer poco es signo de “una buena dieta”, uno de los pilares básicos de una alimentación saludable es realizar las cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo, merienda y cena.

“Es ideal que entre cada ingesta pasen entre tres y cinco horas para que el metabolismo se active y no genere más reservas grasas de las necesarias, por eso en algunos casos se necesitarán una o dos colaciones saludables: lácteos, descremados, vegetales o frutas”, detalló la especialista.

Otro hábito clave para una buena alimentación es consumir vegetales de colores durante el almuerzo y la cena, y de dos a cuatro frutas por día. De esta manera se cubren las vitaminas, minerales y antioxidantes, fundamentales para la salud externa (piel, pelo, etc.) e interna (como por ejemplo buena circulación), lo que a su vez ayuda a reducir o mantener un peso saludable.

Asimismo se recomienda consumir diariamente todos los grupos de nutrientes en forma equilibrada y variada siguiendo el óvalo de la alimentación establecido en las Guías Alimentarias Argentinas.

“Otro dato muy importante es una buena hidratación diaria: beber de dos a tres litros de agua por día pero evitar jugos y gaseosas edulcoradas,” explicó Peretti.

La incorporación en el cuerpo de omega 3 es clave ya que contribuye, entre otras cosas, a reforzar las defensas del organismo y a la elevación del HDL (colesterol bueno). Se puede encontrar en los pescados grasos como el salmón, arenque, atún, caballa y en las semillas o aceites de Chia, disponibles en las dietéticas.

Consejos para la dieta de un corazón saludable:
- Escoger una dieta baja que no tenga grasa saturada.
- Comer granos, frutas y vegetales en abundancia.
- Reemplazar manteca y crema por quesos descremados ó aceite crudo.
- Reemplazar la leche entera por la parcialmente descremada.
- Retirar la grasa de las carnes y la piel del pollo antes de su cocción.
- Cocinar sin sal y utilizarla con moderación.
- Realizar cocciones sanas: hervidas, al vapor, a la plancha, al horno con colchón de vegetales.
- Evitar las frituras.
- Utilizar verduras frescas y evitar las enlatadas o congeladas.
- Mantener un peso normal.

Alimentación modelo:
Desayunos y meriendas
- Yogurt o leche descremados con copos de cereales sin azúcar o panes magros con queso untable descremado y optativo una fruta, preferentemente cítrica, o un jugo de fruta exprimido.
- Jugos de frutas o licuados naturales sin agregado de azúcar con sándwich de queso magro y tomate.

Almuerzos y cenas
- Siempre deben estar presentes los vegetales de colores (hortalizas y/o verduras) y, en una de estas dos comidas, una sola porción de carnes blancas o rojas.

Ejemplo:
Almuerzo: ensalada completa condimentada con aceite y vinagre o jugo de limón. Postre: fruta fresca o ensalada de frutas.
Cena: Carne blanca o roja (sin frituras) como pollo sin piel grillé, pescado a la plancha o colita de cuadril a la parrilla con ensaladas y/o hortalizas cocidas. Postre: Frutillas con jugo de naranja.

Colaciones a media mañana y tarde (si son necesarias): frutas o yogures descremados.

Como primer paso de una correcta alimentación, es necesario saber que no existen dietas mágicas ni universales. Para comenzar con un régimen alimenticio, es fundamental la consulta con un nutricionista y un médico que evalúe el estado general e indique el tratamiento o la dieta apropiada para cada organismo.

domingo, 16 de marzo de 2008

Dormir bien sí evita la obesidad

 Según los expertos, los niños que duermen menos de nueve horas son propensos a la obesidad.

Una nueva investigación afirma que los niños que no duermen suficientes horas también tienen más riesgo de volverse obesos. Este estudio, publicado en la BBC, apoya la creciente evidencia científica que indica que el patrón de sueño tiene un impacto en el peso de la gente.

La revista Pediatrics analizó los patrones de sueño de 785 niños de 9 a 12 años procedentes de 10 ciudades en EE.UU., y descubrió que los niños que dormían menos de nueve horas cada noche tenían más riesgos de volverse obesos, independientemente de su raza, sexo, clase social o calidad del ambiente familiar.

Según los autores, muchos niños no están teniendo suficientes horas de sueño. Y esto, dicen, “los vuelve irritables, malhumorados y son más propensos a desarrollar obesidad”.

Campaña contra "comida basura"

La campaña espera lograr que las empresas asuman un código voluntario, que incluya restricciones en los avisos publicitarios de televisión e internet.

Más de cincuenta grupos de defensa de los consumidores lanzaron una campaña global para reducir la publicidad de la llamada comida basura.

La campaña espera lograr que las empresas asuman un código voluntario, que incluya restricciones en los avisos publicitarios de televisión e internet.

También pide que se prohíba la promoción de comida poco saludable en las escuelas y que se ponga fin al uso de personas famosas o personajes de dibujos animados para fines publicitarios.

Según cifras de la Organización Mundial de la salud, (OMS) cerca de 177 millones de niños están amenazados en todo el mundo por enfermedades relacionadas con la obesidad.

Está previsto que para el año 2015 haya dos mil 300 millones de personas de mayores de quince años con problemas de sobrepeso.

Parte del problema

Según el Grupo de Trabajo Internacional contra la Obesidad, una organización con sede en Londres, los miles de millones de dólares que se gastan anualmente en publicidad de gaseosas y alimentos poco saludables son parcialmente responsables de la situación.

"Retamos a los gigantes de la industria de alimentos y bebidas a que respalden nuestra campaña y demuestren que realmente quiere ser parte de la solución y no del problema", señaló su presidente, el profesor Philip James.

El código se concentra en los alimentos altos en grasas, azúcar y sal. También pide una prohibición de avisos publicitarios entre 6am y 9pm y una prohibición total en publicidad en internet.

Sue Davies, jefe de políticas de la organización "¿Which?", uno de los 50 grupos participantes en la campaña, también habló de la necesidad de un cambio.

"Con el incremento global en la obesidad y las enfermedades relacionadas con la dieta, las empresas del sector alimentario tienen que asumir una posición más responsable a la hora de promocionar sus productos entre el público infantil, sin importar el lugar del mundo donde los estén comerciando".

Las redes genéticas de la obesidad, al descubierto

Comer en exceso perturba redes completas de genes y provoca no sólo obesidad, sino diabetes y cardiopatías, con un patrón que se puede predecir, según una nueva investigación. Rioja2 - 16/

Un equipo de investigación ha desarrollado un nuevo método para analizar el ADN y lo ha utilizado para descubrir que la obesidad nos sólo es un trastorno complejo -cosa que ya se sabía-, sino que tiene mecanismos que hasta ahora no se comprendían.

"La obesidad no es una enfermedad que se presente como resultado del cambio en un gen único. Supone cambios en redes completas", explica Eric Schadt, director ejecutivo de Genética de los Laboratorios de Investigación de Merck. Es su equipo el que ha identificado redes formadas por cientos de genes que parecen perturbadas cuando, como ha sucedido en su experimento, el organismo (ellos lo probaron con ratones) recibe grandes cantidades de grasa en la dieta.

Con esos datos en mano, los investigadores analizaron una base de datos de Islandia que contiene información genética sobre la población, y encontraron sujetos con redes similares a las de los animales de laboratorio.

Unas mil muestras de sangre y casi 700 de tejido adiposo de voluntarios islandeses sirvieron para completar el trabajo. Los sujetos con mayor índice de masa corporal (una tasa que indica el grado de obesidad) compartían patrones de activación genética en sus muestras de tejido graso, unas características que no aparecían en sus análisis de sangre. "Los análisis genéticos sencillos no sirven para detectar este tipo de redes", aclara el director del proyecto. A su modo de ver, conocer estos genes e identificar con precisión cuáles desencadenan la enfermedad servirá a su vez para diseñar nuevos medicamentos que los controlen.

También aclara, en las conclusiones de un artículo publicado por la revista científica 'Nature', que las enfermedades que acompañan a la obesidad parecen tener su origen en el sistema inmune.

LOS MACRÓFAGOS

Las redes genéticas estudiadas tienen que ver con los macrófagos, unas células defensivas que, en condiciones normales, sirven para defendernos de las infecciones y otros elementos que dañan la salud, pero que resultan alteradas por el exceso de grasa. Así, hay personas obesas que sufren cardiopatías, otras padecen diabetes u otros trastornos.

lunes, 10 de marzo de 2008

La clave para combatir la obesidad

Científicos británicos descubren una posible forma de combatir la obesidad: evitar que el estómago se expanda. Los investigadores identificaron dos proteínas celulares que "relajan" el tracto digestivo y le ayudan a acomodar una comida grande.

En teoría, afirman, un fármaco que logre bloquear esta relajación podría reducir el deseo y la capacidad de una persona de atiborrarse con cantidades excesivas de alimento. Estas son las conclusiones del estudio llevado a cabo en la Universidad de Londres que aparece publicado en Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics (Revista de Farmacología y Terapéutica Experimental).

"Hay muchísimos estudios que se están llevando a cabo para lograr una solución para la obesidad" dijo a BBC Ciencia el doctor Oscar Brasesco, director del Programa de Obesidad del Instituto Alexander Fleming en Argentina. "Entre estos diferentes enfoques están los farmacológicos que intentan desde bloquear o promover la secreción de hormonas y facilitadores hasta actuar sobre los estímulos eléctricos del aparato digestivo", explica el especialista. "Pero hoy la única herramienta terapéutica efectiva con que contamos para el paciente obeso mórbido es la cirugía", dice el experto.

Los científicos dicen que un fármaco podría evitar que la gente coma en exceso.

SACIEDAD
Según los científicos británicos, el nuevo estudio ofrece un nuevo enfoque para combatir la obesidad. Las dos proteínas que identificaron -P2Y1 y P2Y11- controlan tanto las relajaciones lentas como rápidas del tracto digestivo. El estómago humano tiene "en reposo" un volumen interno de 75 milímetros. Pero cuando relaja su pared muscular puede expandirse a un volumen interno de dos litros o más.

Esta expansión es controlada por nervios dentro de la pared estomacal que liberan moléculas que estimulan las proteínas P2Y1 y P2Y11. Estas proteínas se encuentran incrustadas en las células musculares de la pared gástrica.

Según los investigadores británicos "este mecanismo de relajación lenta del estómago podría ser el blanco de nuevos medicamentos en la lucha para controlar el peso corporal y revertir la obesidad". Los investigadores están ahora identificando fármacos que logren bloquear el receptor de la P2Y11 para poder prevenir la relajación lenta del estómago.

Si se logra bloquear este mecanismo, dicen, el tamaño de una comida podría ser más pequeño, lo cual ofrecería a una persona la posibilidad de regular su consumo alimenticio. Pero tal como señala el doctor Brasesco "todavía no sabemos cuán seguros sean estos medicamentos ni sabemos si realmente sean efectivos". "Todos son estudios muy experimentales y la realidad es que hoy todavía estamos muy precoces en la utilización de estos tratamientos".
Hoy la única forma de tratar la obesidad severa es la cirugía gástrica.

TRATAMIENTOS
Actualmente se utilizan tratamientos como la banda gástrica o el bypass gástrico para reducir el volumen máximo del estómago. Éstos, sin embargo, se llevan a cabo cuando una persona ya trató diversos tratamientos sin resultado y su salud está en riesgo. "Hoy en día el único tratamiento realmente efectivo para la obesidad severa es la cirugía", afirma el doctor Oscar Brasesco. "Y dentro de las 20 técnicas distintas que se utilizan la que ha demostrado ser más efectiva es el bypass gástrico", agrega.

Pero todo procedimiento quirúrgico es delicado y conlleva el riesgo de efectos secundarios graves, además de ser costoso. Tal como señalan los expertos, lograr un tratamiento alternativo, como una píldora que reemplace a estas operaciones quirúrgicas, podría ser una herramienta muy útil contra el problema de la obesidad. "Esa sería la solución -afirma el doctor Brasesco- y estamos camino a lograrlo". "Y creo que en algún momento descubriremos cómo bloquear eficazmente alguna de las hormonas que produce el tubo digestivo".

Una de estas hormonas, explica, es la grelina, cuya función es producir apetito. "Si logramos bloquear la secreción de esta hormona con una pastilla habremos encontrado la solución ideal contra el enorme problema de la obesidad", afirma el experto.
fuente: terra.es

La depresión y la ansiedad van unidas a la obesidad, el tabaquismo, la bebida y el sedentarismo, según un estudio

La depresión y la ansiedad están asociadas con la obesidad y con hábitos poco sanos, como fumar, beber o llevar una vida sedentaria, según un estudio realizado por investigadores de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, con sede en Atlanta, publicado este mes en "General Hospital Psychiatry".

Según explica la doctora Tara W. Strine, coordinadora del estudio, la depresión y la ansiedad son "condicionantes de salud mental bastante serios que carecen de tratamiento para afrontar su evolución hasta lo crónico". "Es importante tomarse la depresión y la ansiedad en serio y buscar tratamiento médico cuando sea necesario", aseveró.

La experta y su equipo analizaron los datos de unos 217.000 adultos estadounidenses que participaron durante 2006 en una gran encuesta telefónica que comprobó la prevalencia de las principales conductas en el campo de la salud, llamada Sistema de Vigilancia los Factores de Riesgo Conductual.

El 8,7 por ciento de los participantes reconoció estar deprimido en aquel momento, el 15,7 por ciento tenía un historial de depresión y 11,3 por ciento tuvo un episodios de ansiedad en algún momento.

Los resultados demostraron que los adultos que estaban deprimidos en ese momento o con diagnósticos anteriores de depresión eran un 60 por ciento más propensos de ser obesos y el doble de posibilidades de fumar que aquellos sin episodios de depresión.

Aquellos con ansiedad demostraron ser un 30 por ciento más propensos a sufrir obesidad y tener el doble de posibilidad de fumar que los que no tenían ansiedad.

Los pacientes con depresión y ansiedad además eran más propensos que el resto a llevar un estilo de vida sedentario y a cometer excesos con la comida o la bebida.

"Demostramos una relación directa entre la depresión severa y la prevalencia del hábito de fumar, la obesidad y la inactividad física y también entre el historial de depresión --que divide los pacientes en los que nunca se han deprimido, los que han estado deprimidos y los que ahora están en esa situación-- y la prevalencia del tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo y los excesos con la comida y la bebida", concluyó.
fuente: diariosigloxxi.com

Los expertos apoyan el test de obesidad

Según la especialista María Orera identifica el riesgo y lo previene.

"Los test de obesidad permiten identificar el riesgo global del desarrollo de la enfermedad y conocer qué elementos se pueden manejar para evitar que suceda". Así lo afirmó la responsable de la Unidad de Genética del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, María Orera, antes de ofrecer la conferencia denominada Pon tus genes en el plato. Evita la obesidad, organizada por la Fundación Genes y Gentes en el Centro de Caja Inmaculada del paseo de las Damas de Zaragoza.

La especialista señaló que los estudios genéticos hacen posible, hoy en día, identificar en cada persona si tiene o no unos determinantes genéticos para desarrollar la obesidad e incluso qué parte del metabolismo puede estar implicada, si es el de carbohidratos o el de lípidos.

En este sentido, aclaró que según una investigación que está realizando el factor predisponente de riesgo más importante que estamos encontrando tiene que ver más con el metabolismo de los carbohidratos, que con el de lípidos. "Parece ser, que en gran parte de las personas que desarrollan la obesidad, sobre todo en mujeres está implicado un receptor relacionado con el metabolismo de carbohidratos". Orera recordó que en España alrededor del 50 % de la población padece sobrepeso.
fuente: elperiodicodearagon.com

domingo, 2 de marzo de 2008

'Los adultos se empeñan en querer niños gorditos'

Hace un par de años, Etelvina Suárez, jefa de Pediatría del Hospital San Agustín de Avilés (Asturias), acudió a dar una charla sobre hábitos saludables al colegio público Villalegre. Y lo que comenzó como una actividad más de la Semana de Salud del colegio avilesino terminó convirtiéndose en un proyecto de investigación científica y de prevención de la obesidad que ha sido reconocido por el Ministerio de Sanidad con el premio Estrategia NAOS en el Ámbito Escolar. "Hemos trabajado codo con codo hospital y escuela", asegura. Lo primero fue "medir, tallar y pesar a los niños, para ver el punto del que partíamos. A partir de ahí, reuniones trimestrales con padres, mensuales con profesores, talleres… Nuestro trabajo no ha hecho sino comenzar".

Pregunta.- Empiezan evaluando a los chavales y ¿con qué se encuentran?

Respuesta.- Con un panorama un poquito desalentador: el 41% tenía sobrepeso y un 14%-16% era claramente obeso. Cifras que nunca se habían dado en esta zona, pero que tampoco nos sorprendieron, porque ya habíamos constatado que en la última década la obesidad había aumentado un 24% y estaban apareciendo casos de hipertensión infantil.

P.- Es entonces cuando deciden ir más allá y ponen en marcha un peculiar programa de investigación. ¿En qué consiste?

R.- La idea es ver hasta qué punto es útil emprender en centros escolares estrategias contra la obesidad. Para ello contamos con la ayuda de dos colegios, el Villalegre, en el que realizamos talleres, charlas, seguimiento. y el Quirinal, que nos sirve como control y en donde llevan una educación convencional. En 2006 realizamos un muestreo aleatorio entre todos los alumnos y a los seleccionados se les hizo una analítica muy completa, con predicción de riesgos cardiovasculares incluida. Un año después, estamos repitiendo dichas pruebas con el objetivo de contrastar los valores del año pasado y de éste en ambas escuelas.

P.- ¿Qué provoca más michelines: la videoconsola o la fabada?

R.- Hay que desterrar mitos: los platos de cuchara no son los que provocan obesidad. Todos los niños, incluidos los que tienen sobrepeso, deben comerlos. Legumbres, pasta, patatas. hay que comer de todo, en su medida. Los alimentos más nocivos son las 'chuches' y, por supuesto, los bollos industriales por la mala calidad de sus grasas. Pero el sedentarismo es más grave que una alimentación desequilibrada.

P.- ¿Por eso han fomentado también el ejercicio físico en el colegio Villalegre?

R.- Sí, y no sólo a través de charlas, sino día a día. Ha sido precioso ver cómo los profesores de gimnasia y los de patio se implicaban en los recreos para recuperar juegos clásicos. La comba, la goma. Organizaron un calendario rotativo con ellos; el objetivo era que todos los niños hicieran al menos 10 minutos más de ejercicio diario.

P.- ¿Se ha actuado sobre los menores obesos?

R.- En realidad, estos chavales ya habían sido diagnosticados en nuestras consultas de Pediatría y Endocrinología. Pero seamos realistas: no hay un tratamiento efectivo de la obesidad. Más exactamente: no hay pautas ni recetas milagrosas. Te aguantan una dieta poco tiempo. Por eso, la idea fundamental es la de la prevención. Es donde realmente se puede hacer algo.

P.- ¿El mayor escollo son los niños o los padres?

R.- La actitud de los progenitores es fundamental, para lo bueno y lo malo. Uno de los mayores problemas con los que nos hemos encontrado es la falta de formación de los mayores. Nosotros intentamos educar a los menores en hábitos saludables, pero detrás están los padres, que a menudo tiran de comida preparada, que es más rápida y exige menos esfuerzo.

P.- Les toca, por tanto, educar también a los adultos.

R.- En el estudio sociológico que hemos realizado nos llamó la atención que, a menor grado de instrucción de la madre -el padre, curiosamente, no influía-, mayor era el porcentaje de niños con sobrepeso. Los adultos parece que continúan empeñados en querer niños gorditos, y se obsesionan con que coman.

P.- El porvenir, entonces, es la prevención.

R.- El objetivo es mirar más allá. Es una inversión de futuro: si yo educo a los niños en salud, si les enseño la pirámide alimentaria, los peligros de determinadas grasas, etcétera, estoy invirtiendo para que, cuando sean adultos, no actúen con sus hijos como hicieron sus padres con ellos. Es la única forma de cambiar las cosas: a largo plazo.
fuente: elmundo.es

¡Mujeres a rebajar!: la obesidad puede producir ceguera

La obesidad representa no sólo un riesgo para el bienestar general y la apariencia física de las personas, sino que constituye una severa amenaza para el buen funcionamiento del cuerpo humano, ya que puede dañar órganos tan nobles como los ojos. Sí, el sobrepeso puede producir ceguera.

La obesidad es la principal responsable de la aparición de una patología denominada seudotumor cerebral, la cual afecta principalmente a mujeres de entre 20 y 40 años con una masa corporal superior al diez por ciento de su peso ideal.

“Las mujeres obesas tienen un riesgo casi 30 veces mayor que las de peso normal de desarrollar esta enfermedad. Algunos estudios indican que el seudotumor cerebral es entre cuatro y diez veces más frecuente en mujeres con sobrepeso que en hombres obesos”, advierte la neuroftamóloga Adalgisa Corona, de la Fundación Centro Láser.

La especialista en tumores de órbita e intracraneales explica que el seudotumor cerebral es, como su nombre lo indica, un falso tumor cerebral; pero presenta todos los síntomas de uno real: dolores de cabeza intensos, vómitos, mareos, zumbidos, hipertensión intracraneal y manifestaciones oculares.

“Las y los pacientes pueden tener cefaleas intensas, dolores en la nuca, en la espalda y oftálmicos. Los síntomas más comunes son el llamado papiledema o edema de papilas, con ambos nervios ópticos inflamados, producido por la hipertensión intracreaneal; y la visión doble o diplopia”, agrega.

Corona indica que los pacientes con seudotumor cerebral pueden perder la visión de forma rápida o con los años, porque la presión intracraneal destruye al nervio óptico de forma progresiva. “El 90 por ciento de los seudotumores cerebrales están directamente asociados con la obesidad, dado que muchos pacientes tienen trastornos metabólicos como el hiper o el hipotiroidismo”, expone la neuroftalmóloga de Centro Láser.

Agrega que “se cree que el flujo de oxígeno en el cerebro de las personas con sobrepeso es menor, la presión venosa aumenta, producen más anhídrido carbónico y una mayor cantidad de líquido cefalorraquídeo. Todo ello contribuye a elevar la hipertensión intracraneal”.

Explica que la una hipertensión intracraneal no controlada produce defectos del campo visual, deteriora la visión y mata al nervio óptico, produciendo ceguera. Al comenzar a rebajar, muchos pacientes se curan; pero, en algunos casos, es preciso recurrir a una cirugía denominada “fenestración de la vaina del nervio óptico”, para disminuir la presión del líquido cefalorraquídeo drenándolo hacia la órbita ocular. “Sin embargo”, advierte Corona, “hay casos en los que la pérdida visual ocasionada por el papiledema es crónica, irreversible a pesar de la fenestración. De ahí la importancia de diagnosticar la enfermedad a tiempo y bajar de peso”.

Copyright 2008 El Nuevo Diario | Todos los derechos reservados.