jueves, 10 de enero de 2008

Sin receta mágica contra la obesidad

La medicación para el exceso de peso ha mejorado mucho con una nueva familia de fármacos, pero siguen sin conseguirse resultados sin una dieta equilibrada y ejercicio

El 54% por ciento de la población española, es decir, aquellos afectados por sobrepeso u obesidad, darían cualquier cosa por leer en este periódico, o en cualquier otro, el descubrimiento de un fármaco que acabara con los kilos de más; sin dietas, sin ejercicio y sin fuerza de voluntad.

Sin embargo, los expertos consultados por Público lo tienen claro: ese medicamento no existe y, si se llega a inventar “no viviremos para verlo”, como subraya el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, Xavier Formiguera.

A pesar de esta evidencia, la lucha farmacológica contra la obesidad ha dado, en los últimos años, pasos de gigante. Antes de acabar la década, dos medicamentos pertenecientes a una nueva familia, los antagonistas selectivos de los receptores CB1, estarán a disposición de los usuarios que necesiten perder peso y que estén dispuestos, eso sí, a cambiar sus hábitos de alimentación y de práctica deportiva. Condición indispensable: no deben sufrir depresión, el trastorno psiquiátrico más frecuente
en la actualidad.

Esta innovadora clase terapéutica bloquea los receptores endocanabinoides, los mismos que se activan con el consumo de los derivados del cannabis.

Olga González Albarrán, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ramón y Cajal, lo explica así: “Cuando se hace uso de la marihuana, el individuo experimenta sensación de subidón y hambre; el hecho de que se den estos efectos implica la existencia de receptores”.

Sin sensación de saciedad

El sistema endocanabinoide, donde están estos receptores, está normalmente inhibido y se activa en determinadas ocasiones. Según González, que participa en un ensayo clínico del último de estos fármacos, taranabant, en las personas obesas “siempre está activado” lo que implica que, a veces, no sientan saciedad.

Al investigar estos receptores se descubrió que no sólo estaban en el sistema nervioso central, sino también en el tejido adiposo y en otras partes del organismo. Para el especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico de Valencia Juan Carlos Ferrer “la ventaja fundamental” de estos fármacos es que mejoran los parámetros de riesgo cardiovascular como el colesterol o el control de la glucosa.

Y es que no hay que olvidar que la parte estética del exceso de peso es la menos importante, y es su relación con la salud cardiovascular lo que hace más necesario llevarse bien con la báscula.

Los expertos exigen que los nuevos medicamentos estén financiados por la Seguridad Social, algo que no sucede con los dos ya existentes, en teoría porque la pérdida de peso no es lo suficientemente elevada (no supone más de 5% delpeso al año).

Por último, una advertencia: antes de recetar ningún medicamento, un buen endocrino ha de recomendar al paciente dieta y ejercicio durante dos meses. Si esta medida falla, es cuando se podrá recurrir a los fármacos.

LOS MEDICAMENTOS QUE ESTÁN Y QUE VENDRÁN

Xenical

El orlistat (comercializado como Xenical) fue el primer fármaco para luchar contra la obesidad y llegó a las farmacias españolas en marzo de 1999. Su mecanismo de acción era novedoso ya que, al inhibir las enzimas que metabolizan las grasas, se elimina un tercio de los lípidos que se consumen. El fármaco actúa sólo sobre el intestino. Sin embargo, los ensayos clínicos que precedieron a su aprobación ya advirtieron de que dista mucho de ser una píldora milagrosa. La pérdida de peso conseguida es discreta (una media de 4 kilos al año) y, además, tiene efectos secundarios que influyen en la calidad de vida, principalmente la incontinencia fecal derivada del consumo excesivo de grasas. La Seguridad Social no financia el medicamento, que cuesta, siguiendo la dosis recomendada (dos comprimidos diarios) más de 70 euros al mes. Segun Xavier Formiguera, es eficaz siempre que se haga dieta y ejercicio. En España se prescriben más de 200.000 cajas al año. En febrero de 2007, la FDA autorizó la venta del medicamento sin receta en EEUU a mitad de dosis y bajo otro nombre comercial.

Reductil

La sibutramina (comercializado como Reductil) fue autorizado por la Agencia Española del Medicamento en abril de 2001. Actúa sobre el sistema nervioso central y su mecanismo de acción se basa en quitar al paciente el apetito, inhibiendo la recaptación de la serotonina y la noradrenalina. Aunque este fármaco se usa mucho, la polémica le persiguió durante unos años, tras producirse en Italia dos suicidios en consumidores y otros efectos adversos psiquiátricos graves en otros países. Estos hechos llevaron a las autoridades sanitarias a recordar que el medicamento debía consumirse sólo bajo supervisión médica y para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad. Para Juan Carlos Ferrer, Reductil es “un buen fármaco, con un efecto un poco mejor, o como mínimo, igual que Xenical”, que inhibe el apetito, “lo que ayuda al paciente”. Respecto a los problemas que provocó en el pasado, este experto advierte: “Tienes que saber a quién se lo estás dando”. La caja de 28 comprimidos (hay que ingerir uno al día) cuesta 48,40 euros y tampoco está cubierto por la Seguridad Social.

Acomplia

Después de más de cinco años sin productos novedosos para la lucha contra la obesidad, una nueva familia de fármacos irrumpía en el mercado. La Unión Europea autorizó rimonabant, comercializado como Acomplia, en junio de 2006. En España, a falta del trámite de establecimiento de precio, se espera que el medicamento llegue pronto a las farmacias. Acomplia es un antagonista selectivo de los receptores CB1 y su principal ventaja es que los pacientes además de perder peso mejoran sus factores de riesgo cardiovascular. Según Xavier Formiguera “el bloqueo tiene efectos adicionales beneficiosos”. Juan Carlos Ferrer opina que el fármaco tiene un gran potencial a priori para las personas con diabetes
tipo II, la mayoría afectadas por obesidad o sobrepeso. Sin embargo, la polémica también ha alcanzado a Acomplia, ya que se ha demostrado que puede tener como efecto secundario cambios importantes en el estado de ánimo. Por esta razón, está contraindicado su uso en personas depresivas y, por el mismo motivo, la FDA rechazó el pasado mes de junio su aprobación en EEUU.

Taranabant

El más nuevo de los medicamentos antiobesidad es el taranabant que, desarrollado por el laboratorio Merck, Sharp & Dohme, todavía no tiene nombre comercial. Según el gerente de asuntos médicos del área cardiovascular del laboratorio, Luis Cea, la investigación del fármaco está “en fase avanzada” pero no se espera que esté en el mercado antes de 2009. La razón: el hecho de que la FDA haya dicho ‘no’ al otro fármaco de la misma familia, el rimonabant, hace que haya que estudiar la seguridad en términos psiquiátricos más a largo plazo. En España, se estudia en cinco hospitales en ensayos clínicos aleatorios y doble ciego por lo que, de los 200 pacientes participantes, se calcula que lo habrán recibido unos 120. Olga González Albarrán afirma que la pérdida de peso duplica a la de los fármacos que ya están en el mercado pero que, sobre todo, influye en el metabolismo glicídico y lipídico, por lo que está indicado también en pacientes con riesgo cardiometabólico. “Vigilamos muy de cerca el ánimo de los pacientes”, advierte.

Fuente: publico.es