Bellvitge incluye la medida en un protocolo que podría extenderse a otros centros | Los médicos ensayan en algunos casos la cirugía en dos fases, de menor mortalidad
Preparar bien a los pacientes antes de la cirugía de la obesidad reduce riesgos en la intervención, mejora sus resultados y contribuye a concienciar más al paciente de que se somete a una cirugía seria, alejando ideas milagrosas o de que su problema es estético. Así lo explica Carles Masdevall, responsable de la unidad de cirugía bariátrica del hospital de Bellvitge (l´Hospitalet). Esa preparación es una de las novedades que incluye un protocolo de actuación ante la obesidad mórbida que acaban de elaborar los médicos de Bellvitge.
El protocolo (el tercero que elabora Bellvitge) apuesta como novedades por la preparación de los pacientes -lo llaman optimización- y por la cirugía en dos tiempos en casos de más riesgo.
La preparación incluye, entre otras medidas, una reducción de peso, mediante estricta dieta en las semanas previas a operarse. En Bellvitge ya no se opera al paciente que no esté bajando peso (en algún caso se ha demorado por eso la intervención). No es raro que el paciente que va a ser operado se abandone y gane kilos. Eso aumenta el riesgo cardiaco en el quirófano. Y obligarle a adelgazar le conciencia de que se somete a cirugía de reducción de estómago (en adelante, deberá comer poco para saciarse). Masdevall explica que en los centros españoles no es habitual preparar así al paciente; en EE.UU. sí.
Masdevall coincide con otros especialistas en que a veces ni el paciente, menos aún su familia, son conscientes de que es una cirugía para atajar problemas graves de salud (véase La Vanguardia de ayer). "Es crucial que el paciente comprenda. Obesidad mórbida, la que se opera, significa que el paciente puede bajar peso pero no se mantiene, lo que comporta graves riesgos para su salud. Se le opera para prevenir o tratar consecuencias graves (es mejor operar antes de que tenga patología grave pero la demanda asistencial no siempre lo permite)". dice el cirujano de Bellvitge. Opina que los pacientes más graves o los que son visitados desde tiempo antes y en equipos pluridisciplinares se conciencian más.
Masdevall defiende que los cirujanos que aplican bien esta cirugía, lo hacen igual en centros públicos que privados. Como vicepresidente de la Sociedad Española de la Cirugía de Obesidad, recuerda que siempre centros y cirujanos deben estar bien preparados (el cirujano, ser experto). Señala que es una cirugía técnicamente compleja, incluso el 80% de cirujanos que se interesan por ella desisten; así, los que la practican suelen conocerla.
En hospitales de referencia como Bellvitge, se intenta mejorar esta cirugía. Este centro impulsa en los pacientes de más riesgo la cirugía en dos tiempos, pues se reduce la mortalidad (el hospital Clínic de Barcelona también la ensaya). Primero se hace una gastroplastia tubular -operación en que el estómago se reduce casi a un tubo pero sin muchas suturas, lo que evita complicaciones-. Pasado un tiempo, se hace al paciente un by-pass o un cruce intestinal, para limitar la absorción de grasa en los intestinos.
fuente: lavanguardia.es