sábado, 12 de enero de 2008

Esfuerzos por reducir la obesidad en el trabajo: ¿hasta dónde se puede llegar?

Un grupo de académicos de la escuela de negocios Wharton analiza los pro y los contra de aplicar medidas en la empresa para reducir o controlar el tema de la obesidad en los empleados.

Los empleados de CFI Westgate Resorts (una empresa que alquila casas de veraneo en Orlando, Florida) recibieron a principios de año la siguiente propuesta: si participan en una competencia de pérdida de peso mensual y si ademáslogran cumplir con los objetivos fijados, ganan premios en efectivo o en forma de vacaciones de lujo.

La idea del concurso, ahora en su segundo año, es del CEO David Siegel. Con el plan, el año pasado algunos empleados consiguieron bajar hasta 30 kilos.

Empleadores como Westgate están tratando de orientar a sus empleados hacia estilos más saludables de vida. Eso incluye reducir obesidad, una enfermedad que se calcula cuesta a las empresas estadounidenses hasta US$ 13.000 millones por año, según el National Business Group on Health (con sede en Washington D.C.) Pero el uso de incentivos, y a veces castigos, para cambiar la conducta de los empleados plantea una cantidad de cuestiones legales, morales y prácticas, según expertos de Wharton School que analizaron el tema.

Según Janice Bellace, profesora de estudios legales y ética empresarial, "cualquier empresa que se adentre en esa área, debe considerar la posibilidad de que los empleados lo consideren improcedente y hasta invasión de la privacidad. Es un tema delicado, especialmente cuando tantos estadounidenses tienen sobrepeso." En el país del norte, dos tercios de los adultos tienen sobre peso o son obesos, según el National Center for Health Statistics, parte del Center for Disease Control (CDC, con sede en Atlanta).

No es concidencia que también fuera Westgate una de las primeras empresas en ponerse dura con los empleados fumadores hace algunos años. Seghún Peter Cappelli, (Wharton) se ha vuelto socialmente aceptable atacar a los fumadores. Tal vez haya llegado el momento para hacer lo mismo con los obesos.

Invasión de la vida privada de los empleados

En 2002, Siegel anunció que todos los empleados de Westgate tendrían un año para dejar de fumar completamente o de lo contrario deberían dejar de trabajar en la empresa. Les ofreció cursos para dejar de fumar, parches de nicotina y otros tipos de ayuda. Parece que Siegel tomó la decisión luego de que un amigo personal muriera de cáncer, aunque también le preocupaba que los fumadores elevan las primas del seguro de salud.

El planteo que les hizo fue claro: el que quiera fumar, es su decisión personal, pero si su elección impacta en su empleador y sus compañeros de trabajo, la compañía no lo acepta".
Según Cappelli, no todo lo que es legal es necesariamente étipo o socialmente aceptable. Siegel provocó un agrio debate cuando el año pasado dijo en un programa de televisión que si lo puede evitar, su empresa no contratará alcohólicos ni fumadores ni obesos. . Recibió todo tipo de acusaciones de discriminación y de inmiscuirse en la vida privada dek sus empleados. Según Mark Waltrip, director operativo de Westgate, "el tema del peso es complicado, puede estar causado por una enfermedad, de modo que antes de lanzarse por ese camino )de penalizar a los empleados con sobrepeso) debemos comprender el tema y crear consenso entre todos.

Sin embargo, ya hay otras empresas estadounidenses que aplican penalidades financieras, generalmente sobre la base de lo que cuestan los planes de seguro de salud. Según Cappelli, para que los empleados acepten el concepto, sería necesario hacerles ver que las penalidades son simplemente una forma de incentivo. Se les podría decir, por ejemplo "Les ofrecemos control del peso corporal como una forma de un programa de bienestar, porque el control de peso les beneficia a ustedes como personas. El paso siguiente sería premiarlos cuando logran mejoras.

Sin embargo, según una encuesta interactiva realizada en octubre 2007 por Wall Street Journal Online y Harris Interactive, dos tercios de los 2.300 ciudadanos entrevistados dijeron que los empleadores no deberían tener el derecho de echar a los empleados gordos ni siquiera exigir que se anoten en programas de adelgazamiento.

Preocupación o discriminación

Un informe realizado en 2007 por el Instituto de Investigación Sanitaria de PricewaterhouseCoopers u el Foro Económico Internacional, instaba a los líderes empresariales a a combatir las enfermedades crónicas (muchas de las cuales están relacionadas con la obesidad) en los lugares de trabajo, no sólo para recortar costos directos e indirectos sino como una cuestión de responsabilidad social. "Tradicionalmente eran los gobiernos, no los empleadores, lo que asumían la responsabilidad por la salud de la gente. Sin embargo, muchos líderes políticos y empresariales ahora creen que los gobiernos solos no pueden impedir la difusión de enfermedades crónicas," dice el informe. "el bienestar debe ser inseparable de los objetivos y misión de una empresa."
Dicho en estos términos, la preocupación del empleador por la salud del empleado suena hasta noble. Pero, ¿cuándo la preocupación se vuelve paternalismo o incluso discriminación? "Muchos empleados tienen una visión groseramente distorsionada de sus derechos legales. Creen que la ley impide todo tipo de discriminación contra los empleados. En realidad, la protección legal es estrecha y bastante específica, dice Janice Bellace, (estudios legales, Wharton). Michigan es el único estado, además del distrito de Columbia, con una ley que prohíbe la discriminación basada en el peso, altura y raza, entre otras.

Algunos empleados o ex-empleados han invocado la protección de la ley federal Americans with Disabilities (ADA), argumentando que su obesidad es una discapacidad; hasta ahora, con poco éxito.
Pero en un artículo publicado en 2006, la abogada Christine Reinhard, advierte a los empleadores que hay algunas estrategias legales a disposición de la gente obesa que busca satisfacción a sus reclamos mediante la ley de discapacidad. Como resultado, escribe, "los empleadores deberían evitar hacer suposiciones estereotípicas sobre cuáles funciones pueden y no pueden realizar los empleados obesos".
Por su parte, la posición de la Obesity Action Coalition, recomienda a los empleadores que cada empleado actual o potencial sea juzgado por sus méritos y no por el tamaño de su cuerpo.

Otros defensores del tema del sobrepeso señalan investigaciones que muestran que los obesos son objeto de permanente discriminación tanto a la hora de la contratación como en el trabajo mismo. Según un estudio de la Universidad de Michigan publicado en 2007, las mujeres obesas son más discriminadas en el trabajo que los hombres.

Hacia el futuro

Para los empleadores que consideran diferentes formas de reducir la obesidad en su personal, el consejo de Ron Ozminkowski (quien estudió el impacto de la enfermedad crónica en las gancnias de la empresa) es usar incentivos en dinero contante y sonante. Mis investigaciones demuestran que un premio de alrededor de US$ 100 hacen que la gente participe en un programa de bienestar o de pérdida de peso, dice. Pero esos incentivos deben ser mantenidos en el tiempo. Los empleadores, como grupo, son notablemente pensadores de corto plazo. No existe un arreglo rápido para este tema. Los programas deben extenderse a lo largo de los años."

diciembre 2007

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