La Universidad Autónoma de Nuevo León y la Texas Woman’s University compartirán conocimientos para trabajar una investigación relacionada con la obesidad, a fin de determinar si la educación nutricional que reciben las madres embarazadas puede hacer una diferencia en la salud de los bebés que están por nacer.
(Fotos: Efraín Aldama Villa) |
La Universidad Autónoma de Nuevo León y la Texas Woman’s University compartirán conocimientos para trabajar una investigación relacionada con la obesidad, a fin de determinar si la educación nutricional que reciben las madres embarazadas puede hacer una diferencia en la salud de los bebés que están por nacer.
Lo anterior fue dado a conocer por el doctor Chandan Prasad, Jefe del Departamento de Nutrición y Ciencias de los Alimentos de la Texas Woman’s University, quien estuvo en la Facultad de Salud Pública y Nutrición de la UANL -que dirige la maestra Yolanda Elva de la Garza-, para presentar la conferencia “La epidemia global de la obesidad: Prevención, tratamiento y oportunidades de investigación”.
El investigador destaca en sus análisis que la obesidad no es una enfermedad que afecta a gente “floja”, sino que es resultado de una serie de situaciones como es el estilo de vida; incluso va más allá al sugerir que la obesidad puede derivar de una mala atención en el cuidado de las mujeres embarazadas, lo que termina en una infancia obesa.
LA OBESIDAD DESDE LA INFANCIA
Minutos antes de su participación ante los estudiantes de la FASPYN, el doctor Chandan Prasad, explicó que la labor de investigación conjunta entre la UANL y la Texas Woman’s University ha dado excelentes resultados.
Ahora mismo trabajan la posibilidad de ofrecer -a corto plazo- un programa de posgrado con vinculación entre estas dos universidades donde el tema central de este programa sea la obesidad vista como un problema global; y el proyecto internacional donde se seguirá investigando la línea de obesidad en relación con los infantes, las madres y con trabajos específicos de orientación alimentaria.
De entrada, el también editor de las revistas Neurociencia Nutricional y Tópicos Actuales en Investigación Nutracéutica, dejó claro que en los últimos 30 años el problema de la obesidad se ha agudizado, hasta convertirse en una problema más serio que cualquier epidemia que se ha visto.
“Creo que la solución es la educación a temprana edad, en la niñez, controlando la obesidad antes de que inicie. Un proyecto que estamos tratando de desarrollar con la UANL es ver cómo podemos hacer una diferencia en términos de obesidad infantil en relación con las mujeres embarazadas para educarlas acerca de la buena nutrición y hábitos de salud para hacer una diferencia en los bebés que nazcan”, explicó a esta reportera.
¿Desde cuándo está la tendencia de atender la obesidad en la población infantil?
Hay muy poca investigación, creo que nuestro programa será el pionero. Hay muchos datos epidemiológicos que sugieren que los bebés que nacen cuyas madres tienen problemas de salud –como es el fumar o algún grado de desnutrición-, tienen más tendencia de ser obesos o desarrollar diabetes durante su vida.
Significa que cuando el bebé está en el vientre de la madre, cualquier clase de desnutrición o fumar va a cambiar lo que nuestros genes expresan y puede nacer el bebé con esta problemática. Debemos enfocarnos a la salud de la mujer especialmente en las embarazadas, y si la mujer tiene diabetes gestacional debemos ser más agresivos para que el bebé sea sano y con ello se convierta en un adulto sano.
¿Esta investigación qué alcance tendría y cuándo se verían los primeros resultados?
Me gustaría iniciar la primera fase del estudio en los próximos 6 a 8 meses. Esta fase es básicamente para entender qué clase de educación nutricional damos en esta ciudad a las mujeres embarazadas; si no están teniendo educación apropiada, cuáles son las variantes y cómo vamos a sobrellevarlas, esto será durante el primer año.
Después vamos a entrar al estudio de intervención y vamos a reclutar de 400 a 500 madres en este proyecto que continuar para los próximos tres años; deberíamos empezar a ver algunos resultados en el tercer año. Debo enfatizar que ésta es una idea nueva, nadie antes ha tratado de ver si la educación en las madres puede hacer una diferencia en la salud de los bebés.
fuente: uanl.mx