miércoles, 19 de diciembre de 2007

La obesidad como factor de riesgo cardiovascular en México.

Estudio en población abierta

Resumen

Se presentan los resultados de una investigación, realizada en población abierta urbana de nivel económico bajo, diseñada para estimar la prevalencia de obesidad, caracterizar sus variantes de distribución de adiposidad corporal, y evaluar el impacto que tiene sobre las variables metabólicas que definen el riesgo cardiovascular. El estudio se realizó en una colonia del Distrito Federal. El censo de la comunidad reveló una población total de 4411 habitantes, de los cuales 93 se encontraron entre 35 y 64 años (45 hombres, 479 mujeres) que se consideraron elegibles. Las tasas de respuesta fueron: en la entrevista a domicilio 92%, y en el examen físico 70%.

Utilizando como indicador de adiposidad corporal el índice de masa corporal (IMC), definiendo obesidad a partir de un IMC en hombres 27.7 y en mujeres 27.3, encontramos una tasa cruda de prevalencia de 37% en los hombres y en las mujeres de 60%. Los pliegues subescapular y tricipital tuvieron valores significativamente más altos en los sujetos obesos.

La relación entre las circunferencias de cintura y cadera reveló un acúmulo de adiposidad en el segmento superior del cuerpo especialmente mayor en los dos primeros grupos de edad en ambos sexos.

La presión arterial fue más alta en los sujetos obesos siendo significativa la diferencia en los hombres de los primeros dos grupos de edad y en las mujeres más jóvenes. Los valores de glucemia postcarga de glucosa fueron significativamente más altos en los primeros dos grupos de edad en las mujeres y en los hombres del grupo intermedio con diagnóstico de obesidad.

Los valores de insulina en ayuno fueron significativamente más altos en los primeros dos grupos de edad en los hombres y en los tres de las mujeres. Se demostró un nivel bajo de HDL colesterol en toda la población. Esta diferencia alcanzó significancia en las mujeres jóvenes. Resalta la hipertrigliceridemia que se encontró en la mayor parte de la población con y sin obesidad. La opinión de los participantes fue explorada: se observó que los hombres tienden a preferir intentar bajar de peso con ejercicio, y las mujeres con dieta. Una proporción importante de la población admite haber subido de peso con la edad y considera que el ejercicio no sirve para bajar de peso, ya que éste aumenta el apetito.

Concluimos que la obesidad es un grave problema de salud pública que afecta una parte muy grande de la población. Este problema tiende a incrementarse entre otras causas por la actitud que la población tiene en relación con su alimentación y peso. Además, el patrón de distribución de la adiposidad tiende a ser particularmente desfavorable, más central y de segmento superior. Esto señala una mayor predisposición a las repercusiones nocivas de la obesidad sobre el estado cardiovascular. Es imperativo un programa dirigido a modificar la conducta de la población en relación a su participación en su autocuidado. De no ocurrir esto, estaremos observando un deterioro importante en la salud de nuestro pueblo.