Esta dieta se basa fundamentalmente en tomar alimentos que aumenten la densidad nutricional y disminuyan la densidad calórica.
Es una de las dietas más equilibradas, puesto que no se basa en un tratamiento de choque sino que pretende obtener una reducción del peso de forma paulatina.
Se marca como objetivo la reducción de unas 500 a 1000 kilocalorias diarias, más fácil de perder si complementamos la dieta con ejercicio físico moderado.
En esta dieta hay que eliminar ciertos alimentos como son el azúcar, el alcohol, los jugos y frutas envasados y la sal.
Por el contrario hay que incluir en ella, las frutas y vegetales frescos, los productos integrales, las grasas naturales, patatas, cereales integrales, legumbres, proteínas derivadas de la leche, el queso, el pescado y algunas carnes y el agua.
Modo de seguir esta dieta
Desayuno
papilla de cereales frescos; un bollo de pan integral; fruta.
Comida
ensalada de remolacha; tomates con rábanos; sopa de guisantes; pasta con salsa de hierbas; postre de zarzamoras o arándanos.
Cena
ensalada de setas o champiñones; col con pimientos y pepinos; pimientos rellenos; crêpes de harina integral de trigo.
Bebidas
agua mineral; zumo de fruta; jugo de hortalizas; infusiones.