Son muchos los factores que contribuyen al desencadenamiento de la obesidad y el sobrepeso, pero dos de los principales son los cambios alimenticios y las nuevas formas de vida de la sociedad.
Así lo dio a conocer el médico Joel Godínez López, Subdirector del Hospital General de la Secretaría de Salud, quien comentó que los padres llevan roles de vida que les permite poco tiempo para ingerir alimentos, por ello recurren a la comida rápida, la cual pocas veces contiene las suficientes proteínas, vitaminas, minerales y grasas que el cuerpo necesita.
Indicó que los padres dividen su tiempo entre las múltiples tareas y laborales diarias, por lo que es más cómodo ofrecer una comida rápida a sus hijos.
Comentó que los alimentos rápidos se consumen día tras día, acabando por convertirse en un hábito y en una mala costumbre de ingerir una gran diversidad de comidas atractivas por su aspecto pero que no tienen los nutrientes ni las vitaminas necesarias para que los niños crezcan fuertes y sanos.
"Para esos padres que normalmente nunca tienen tiempo, lo más importante es saciar el hambre de sus hijos, sin preocuparse si están o no comprometiendo el futuro de su salud", explicó. El funcionario explicó que lo ideal es que un niño consuma unas dos mil calorías diarias y que la mitad de ellas fuese cubierta por los hidratos de carbono, un tercio por las grasas y el resto por proteínas.
El médico dijo que otro factor que afecta es el sedentarismo, ya que la práctica de una actividad física es esencial para su crecimiento y salud, pero la mayoría de las actividades que realizan se concentran en torno a la televisión y los videojuegos.
Explicó que muchas familias, por la falta de tiempo o por comodidad, acaban dejando a los niños delante de la televisión por mucho tiempo, en lugar de llevarlos al parque o a cualquier otra actividad que les favorezca más.
También dijo que el factor genético tiene mucho qué ver para que un niño sea obeso, por ejemplo si ambos progenitores son obesos, el niño tiene un 80 por ciento de posibilidades de serlo también, y si sólo lo es uno de los padres, el porcentaje cae al 40 por ciento.
Finalmente recomendó que la actividad física es importante para abatir la obesidad, la cual debe adaptarse a la edad y peso del niño, además una dieta balanceada en la cual se debe moderar la ingesta de hidrocarbonos y limitar las grasas.