"¡Qué seca estás!", se les decía, con tono despectivo, a las mujeres delgadas en la España de la posguerra. Entonces, las curvas femeninas todavía se relacionaban con la salud y la fertilidad, y una mujer flaca era sinónimo de mala alimentación y dudoso encanto.
Ahora, ya no es así. La moda identifica delgadez con belleza. Ese atributo también equivale a riqueza. Por lo menos, entre las mujeres. Esta conclusión ya había sido señalada por varios estudios, que certificaban la correlación entre obesidad y baja renta familiar cuando el obeso en esa familia era una mujer.
Un informe publicado esta semana por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) va un paso más allá: las mujeres obesas sufren una "penalización" en el mercado de trabajo. Es decir, cobran menos por el mero hecho de tener unos kilos de más. Esta conclusión, dice el estudio, no puede aplicarse los hombres gordos.
La menor renta, además, es uno de los factores que determinan la obesidad: "Los individuos con menos poder adquisitivo tienden a consumir alimentos con mayor componente calórico, más baratos y de peor calidad", dice Climent Quintana-Domeque, investigador de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) y coautor del informe.
Factores de riesgo
Quintana-Domeque señala como otros posibles factores de riesgo para ser obesa y, por ende, tener peores sueldos, el bajo nivel educativo (que implica una menor información sobre una dieta sana), estar casada, ser fumadora y tener hijos con menos de 14 años.
El estudio analiza la correlación entre la obesidad y el bajo nivel de renta
Este economista apunta posibles "problemas de discriminación" como explicación para que las obesas cobren menos.
Otras causas menos probables, a su juicio, son la mayor propensión de este colectivo a enfermar o sus problemas para hacer trabajos físicos.
El estudio analiza la correlación entre la obesidad y el bajo nivel de renta en nueve países de la Unión Europea: Austria, Bélgica, Dinamarca, Grecia, Irlanda, Italia,Portugal y España.